El intento del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de frenar lo que considera es una censura de las redes sociales es una táctica política y no cambiará las obligaciones legales de compañías como Twitter Inc y Facebook Inc, aseguran expertos. En el país más afectado del mundo por la pandemia de coronavirus -esta semana la cifra de muertos superó los 100.000- la pelea del Presidente con las redes sociales ocupa el centro de los debates políticos en los últimos días. Ayer, Trump dijo que instruyó al fiscal general William Barr para que trabaje con los Estados para hacer cumplir las leyes contra lo que describió como prácticas comerciales engañosas de las empresas de redes sociales.
Un borrador del decreto ordena a las agencias federales que aclaren el alcance de una ley conocida como Sección 230, que protege a las compañías de Internet de la responsabilidad por el contenido ilegal publicado por los usuarios y les permite eliminar los mensajes legales pero inaceptables. Juristas dijeron que no está claro si la Comisión Federal de Comunicaciones aceptaría la opinión de Trump sobre el artículo 230 establecido en el proyecto de decreto. Incluso si lo hace, las regulaciones de la agencia no tendrán ningún efecto legal vinculante para los jueces, que son los que realmente tienen algo que decir sobre la ley.
“Es 95% teatro político, retórica sin fundamento legal y sin impacto legal”, dijo Daphne Keller, experta en leyes de Internet de la Universidad de Stanford. Marc Randazza, un abogado especializado en la Primera Enmienda, dijo que está de acuerdo con las preocupaciones de Trump sobre la censura, pero reconoció que gran parte del decreto no conduciría a reformas reales. “Creo que es más una declaración de liderazgo, más que un plan para cualquier cosa que realmente vaya a suceder”, dijo Randazza.
Trump viene afirmando que las plataformas silencian los puntos de vista conservadores y distribuyen noticias falsas, por ejemplo, sobre la pandemia. (Reuters)